El estudio de arquitectura checo Uhlik Architekti recibió un encargo singular, el cliente deseaba un espacio en el que poder ocultarse y huir de la vida frenética de Praga. Los arquitectos decidieron construir una casa de tan sólo 16 m², con el apoyo de un carpintero y un herrero. La casa se adapta al terreno: su entrada descansa sobre las rocas más bajas, mientras que el fondo se asienta suavemente sobre una roca.
El interior de la casa consta de una sola habitación, un espacio libre y multifuncional con tres funciones: servir como asiento, cama y armario.
Neo
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