Adquirida por el museo Guggenheim en 2008, Muros de luz 011 (2005) de Aitor Ortiz (Bilbao, 1971), a través de un proceso meditado y riguroso, explora lugares cotidianos para convertirlos en algo diferente, buscando siempre ángulos inéditos y creando espacios en torno a la propia imagen.
Su trabajo ha estado estrechamente vinculado a la arquitectura y al estudio del espacio. Sus fotografías de la serie se caracterizan por una fusión de elementos fotográficos, arquitectónicos, escultóricos y lumínicos que recrean un paisaje inexistente, atemporal, adentrándose en el lugar primigenio de donde procede la materia e introduciendo formas ortogonales de pura luz blanca. Un contraste entre el volumen de piedra y el cubículo que construye, que representa un refugio mental, un lugar inexistente, un símbolo inequívoco "del poder ordenador de la mente y del proyecto artístico sobre la materia prima".
Su trabajo ha estado estrechamente vinculado a la arquitectura y al estudio del espacio. Sus fotografías de la serie se caracterizan por una fusión de elementos fotográficos, arquitectónicos, escultóricos y lumínicos que recrean un paisaje inexistente, atemporal, adentrándose en el lugar primigenio de donde procede la materia e introduciendo formas ortogonales de pura luz blanca. Un contraste entre el volumen de piedra y el cubículo que construye, que representa un refugio mental, un lugar inexistente, un símbolo inequívoco "del poder ordenador de la mente y del proyecto artístico sobre la materia prima".
Neo
No hay comentarios:
Publicar un comentario